La Ciencia y su fiabilidad

¿De qué hablamos cuando hablamos de ciencia? ¿Por qué podemos considerarla la rama del saber humano más fiable, a pesar de la gran crítica que ha recibido y recibe? Y lo de la crítica no lo digo por decir, estos últimos años de pandemia hemos presenciado, por desgracia, una gran cantidad de desinformación y sabotaje alrededor de la COVID19 (llegando a dudar incluso de su existencia, lo que ha dado lugar incluso a la publicación de artículos al respecto) o de las propias vacunas (una vez más, dando lugar a artículos científicos alrededor del tema). Antes de eso ha habido negacionistas de muchos otros beneficios de la ciencia (los transgénicos, la energía nuclear, algunos aspectos de la medicina...). Considero que es un tema para otro momento, ya que antes de ir a enfrentamientos concretos, creo que es más importante definir la razón por la que la ciencia es, o debiera ser, la referencia del rigor y de la atención a la verdad. Dicho esto, deberíamos también rechazar el mal uso que se le da a la palabra "ciencia" y al método científico. Se suele afirmar que la ciencia demuestra esto o aquello en ámbitos muy lejanos a la auténtica ciencia (publicidad, intereses políticos, intereses comerciales...). Podría considerarse una prueba de su fiabilidad el hecho de que se use como criterio de autoridad para exponer un argumento como verdadero, pero en mi opinión, a la larga, genera más confusión respecto a lo que es la ciencia.

Cuando hablamos de ciencia, hablamos de un debate, pero no de un debate cualquiera. Es muy distinto al debate que se realiza entre amigos, en las redes sociales o dentro de otro círculo de conocidos. Es un tipo de debate en el que participan no sólo los seres humanos de la actualidad, sino todos aquellos que nos precedieron en esta actividad. Por supuesto, serán parte del mismo aquellos que nos sucedan. Cada vez que un miembro de la comunidad científica publica una teoría, lo hace basándose en teorías previas, en certezas generadas mediante el debate científico (que son certezas abiertas asimismo, al debate), en hipótesis (más o menos abiertas a debate) y en leyes (que salvo en ocasiones extremadamente excepcionales, son inamovibles).

Se trata de un debate realizado por personas que han entrenado para observar pautas, detalles y complejos patrones de ciertos campos del saber antes de poder manifestar su opinión dentro de ese mismo campo de estudio. Observemos por ejemplo la siguiente lámina delgada de una roca (fuente):

Para el ojo común se trata de algunos manchurrones de colores grisáceos. El ojo entrenado se fijará en los colores que el ojo común no observa: azules, rosas claros, verdes... Se fijará qué rodea a qué (lo rodeado será más antiguo que aquello que lo rodea). Se fijará en la exfoliación que se presenta (las líneas que cortan uno de los minerales en dos sentidos). Se fijará en qué minerales suelen ir asociados e irá descartando lo improbable y considerando lo posible, antes de decidir qué está realmente observando. Sabrá no sólo cómo seguir obteniendo información, sino que también sabrá por qué es fiable. Cómo se obtiene la lámina delgada, cómo funciona el microscopio para analizarla. Tiene conocimientos que la mayoría no es consciente que son necesarios a la hora de analizar una roca y de paso, su historia.

Aunque se trate de un ejemplo concreto, estamos aquí hablando de un proceso que es similar en muchos campos de investigación. Incluso si este proceso resulta mental en lugar de la observación de algo, como es el caso de ésta lámina delgada, no deja de tener que basarse en un conocimiento desarrollado a partir de la demostración y justificación constante de la veracidad de ese conocimiento. No se trata de qué se observa, sino cómo se observa. No se trata de qué se sabe, sino cómo se ha llegado a saber que lo que se sabe es cierto (o al menos tan cerca de la certeza que costará mucho más debate y mucho más conocimiento el demostrar que no lo es).

Por eso tal vez resulta más que satisfactorio dar a saber que la ciencia no depende de sus éxitos. Quien no entiende el debate no puede observar los éxitos de la misma, así que de todas formas resulta inútil basarnos en los mismos, ya que no resultan comprensibles para la persona no entrenada. Además, ya que es un área del saber que se fundamenta en un constante escrutinio, análisis y cambio en base a los conocimientos adquiridos, hablar de certezas resulta poco práctico, si no contraproducente. Así, resulta más adecuado pensar en la ciencia y en su veracidad si tenemos en cuenta la necesidad que tiene de ser constantemente observada y analizada para ser considerada ciencia.

Resumiendo: la ciencia es un área del saber fiable y de confianza no por su inamovilidad en su certeza, sino al contrario, por la constante posibilidad de cambio en función del escrutinio de centenares de miles de observadores entrenados que comprueban el grado de su fiabilidad.


Antes de abandonar el artículo, si quieres compartir conmigo tu opinión sobre el tema, deja un comentario. También sería muy interesante que compartieras, si estás en un área de investigación un ejemplo en el que veis más de lo que vería una persona ajena a esa área de investigación.

¡Un saludo!


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