Energía nuclear o cómo hacer frente a un futuro de escasez energética.

La energía nuclear es una fuente de energía que podría solucionar el problema de dependencia energética y aportar a combatir el cambio climático, como la comisión Europea consideró en enero de 2022. Si bien sus detractores son muchos y se presentan muchas objeciones a esta fuente de energía, en realidad podría ser mucho más segura de lo que se piensa.

Los últimos dos años, debido a la pandemia, la guerra en Ukrania y algunas decisiones tomadas para reducir el consumo de algunas fuentes de energía, ha habido un aumento de precio del gas y del petróleo y por ello, la tarifa de la luz ha subido enormemente1. España genera la mayoría de su energía eléctrica del gas, siendo la segunda fuente de energía la nuclear y después, las energías renovables2. No es de extrañar que con esa subida de precio de la principal fuente de energía de España también la factura de la luz se haya incrementado.

Una manera de hacer frente a la dependencia energética de España y reducir los precios sería tomar más en consideración la energía nuclear, y aunque estudios recientes ya advierten de un cambio en la perspectiva de la energía nuclear3, todavía hay muchos detractores de la misma4. No deja de sorprender cuando ya se ha demostrado que es una fuente de energía barata y duradera (tenemos combustible para más de mil millones de años5), sin emisiones de CO26,7,8, que anularía la dependencia energética de varios países9,10. Cuando en enero de 2022, la comisión Europea consideró la energía nuclear como una energía apropiada para frenar el cambio climático11, en las redes se armó un gran revuelo, salieron artículos de opinión en contra y en general, no tuvo un buen recibimiento12. Muchos están a favor de la energía renovable y sí, es una buena solución, pero por sí misma no es suficiente. A pesar de que en España se encuentren muchos generadores de energía renovable, nos encontramos en una situación en la que debemos importar energía, específicamente a Francia, cuya fuente de energía principal es, precisamente, la energía nuclear13.

Pero ¿por qué se consideró que la energía nuclear podría ser apropiada para frenar el cambio climático14? Hay varias razones. La más importante es que las centrales nucleares no emiten CO215,16. Las renovables tampoco, y de hecho, la idea es emplear ambas. ¿Por qué ambas? Porque las energías renovables están limitadas a emplazamientos concretos y su funcionamiento está limitado por factores como las horas de luz o la cantidad de viento17,18, mientras que la energía nuclear es constante y puede aumentarse su generación o reducirla en función de la necesidad.

¿Cuál es el principal problema que se encuentra a la hora de considerar la energía nuclear? Hay dos temores principales, el primero siendo un posible accidente y el segundo, los residuos nucleares. Hay una gran cantidad de agencias y organizaciones internacionales dedicadas a mantener la seguridad y el control de las centrales nucleares. Esto es cierto a nivel global (la International Atomic Energy Agency19 o la Nuclear Energy Agency20) y local. Por ejemplo, en España, es el Consejo de Seguridad Nuclear la responsable21 y AMAC mantiene un estricto control de seguridad en aquellos municipios en los que se encuentran centrales nucleares22. De hecho, son más seguras que las energías renovables, como la eólica, la solar o la hidráulica y muchísimo más que las de combustibles fósiles, como la de gas, la de petróleo o la de carbón23. Es más, se invierten muchos recursos, tiempo y personal para mejorar todavía más la seguridad, para así minimizar los daños24

Sin embargo, a pesar de todo este control, la opinión pública difiere. Se suele hablar de Chernobyl y Fukushima25 a la hora de hablar de los desastres nucleares y de la falta de seguridad. Sin embargo, los accidentes que hubo no tuvieron nada que ver con una explosión nuclear. De hecho, no puede haber una explosión nuclear en una central, simplemente porque la concentración de uranio enriquecido es demasiado baja (un 5% frente al 90% que es necesario)26. En Chernobyl fueron explosiones de vapor y en Fukushima, de hidrógeno. Es más, no es posible un accidente como el de Chernobyl con las centrales de hoy en día27 y la radiación del accidente de Fukushima no tuvo efecto observable alguno en la población28. Incluso los argumentos de que aquellos accidentes tuvieron efectos a largo plazo en los infantes ha resultado ser falso29. Sin embargo, sí que ha tenido efecto en la reducción del consumo de energía nuclear en el mundo, dando lugar a un aumento del consumo del gas natural y por lo tanto, un aumento en las emisiones de CO2 respecto a las que habría habido si el accidente no se hubiera producido o si no hubiera tenido el impacto que tuvo en la opinión pública30,31. Esto no quiere decir que un accidente no sea desastroso, pero sí que no podemos calibrar los peligros actuales por los accidentes que ocurrieron que difícilmente podrían volver a ocurrir. Si tuviéramos que comparar las muertes anuales en las centrales nucleares con las de otras centrales de generación de energía, veríamos que son las más bajas de todas (fig.1).



Fig1: Muertes por 100 TW/h producidos32.

Otro de los principales problemas que se esgrimen a la hora de considerar la energía nuclear, es que se suele decir que sus residuos son altamente contaminantes, peligrosos y que prevalecen en el tiempo y que su gestión tiene un alto coste económico33.

Los dos residuos principales son los residuos nucleares y el vapor de agua, esta última emitida por las torres de refrigeración para evitar el calentamiento de los ríos34,35. La mayoría de los residuos nucleares se reciclan36. Es más sencillo que volver a producir combustible de uranio extraído de la naturaleza y además es un reciclaje muy eficaz. Por ejemplo, Orano, una empresa francesa, consigue reciclar el 96% del combustible empleado, con lo que sólo un porcentaje muy bajo no es reciclable en comparación37. De todas formas sería pertinente preguntarnos ¿qué es lo que pasa con los residuos nucleares hasta que son reciclados? y ¿qué se hace con los no reciclados?

Los residuos, hasta que se reciclan, se mantienen en unas piscinas de agua forradas de hormigón para evitar cualquier peligro38. Son seguras, preparadas para resistir temblores sísmicos y si te cayeras en una, a menos que no sepas nadar o te dé por beberte el agua, estarás a salvo39.

Sin embargo, después del reciclaje, siempre quedan residuos no reciclables. El método más frecuente de lidiar con ellos es guardarlos en almacenes geológicos profundos. Son localizaciones geológicas estables (y lo seguirán siendo durante mucho tiempo), a medio kilómetro de profundidad. Los residuos se almacenan en contenedores de metal seguros y resistentes a la degradación. Estos se introducen en estos entornos geológicos, que tienen una disposición rocosa que aísla los contenedores del entorno y no tienen alteraciones ni pueden sufrir filtraciones. Por último se sellan estos residuos, de tal forma que ya sea imposible que haya accidentes o escapes. Lo mejor de todo es que una vez hecho esto no es siquiera necesario mantenerlos40,41, aunque estos emplazamientos se mantienen vigilados por seguridad.

El otro argumento era que su gestión tiene un alto coste económico, pero está establecido que es obligatorio que sea quien produce los residuos (o el organismo competente de cada gobierno, pero siempre pagado por la propia central nuclear) el que los gestiona, de tal forma que los costes van a parar a estos. Muy frecuentemente contratan empresas especializadas en gestionar estos recursos. En España, la empresa dedicada a la gestión de residuos es Enresa, que tiene un estricto protocolo a seguir a la hora de lidiar con residuos nucleares42.

Se suele pensar que la lucha en contra de las armas nucleares es la misma que hay contra la energía nuclear. Y sí, es necesario luchar contra las armas nucleares y fomentar su desmantelamiento, pero no es la misma lucha. A favor de acabar con las armas nucleares existen muchas organizaciones como Alliance for Nuclear Accountability43, Proyecto ATOM44, European Nuclear Disarmament45 o Global Zero46. Es por lo tanto apropiado señalar que una parte del combustible de las centrales nucleares procede de armas nucleares desmanteladas47, con lo que la existencia de estas centrales ya contribuye a este objetivo.

Así, siendo una energía segura (más que otras), habría que discutir por qué es tan barata. La razón es muy sencilla y es que con muy poco combustible se puede obtener muchísima energía. La energía nuclear proviene de la energía que mantiene los átomos de uranio unidos48,49. Cuando estos se “rompen”, se libera esta energía50,51,52, que se emplea en calentar el agua que mueve unas turbinas que son las que generan energía53,54. En esto no se diferencia de otras centrales que emplean combustible, siendo la mayor diferencia el tipo de combustible. En lo que sí se diferencia es en la cantidad de combustible necesario para calentar la misma cantidad de agua. El uranio se prepara en forma de pequeños cilindros (después de enriquecerlo, se le aplica presión para formar un material cerámico compacto) y uno sólo de esos cilindros (fig.2) tiene tanta energía como una tonelada de carbón, 160 litros de petróleo o 480 metros cúbicos de gas55. Es esta eficiencia lo que la hace tan barata.

Fig.2: Uranio enriquecido en forma de cilindros dispuestos ordenadamente56.

Teniendo todo lo anterior en cuenta, tal vez sea hora de empezar a considerar más seriamente esta fuente de energía. No sólo es segura, es barata y junto a las renovables podría proporcionar energía de manera constante, supliendo la dependencia energética de hoy y de mañana. No es de extrañar, entonces, por qué la Comisión Europea la consideró este mismo año una fuente de energía que podría solucionar el problema de dependencia energética y combatir el cambio climático. Y no sería de extrañar que en el futuro se vuelva indispensable para el ser humano.

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