El éxito de la estabilidad del código genético

Código genético. Estas dos palabras existen, en última instancia, como consecuencia de sí mismas. Los seres que las crearon, los seres humanos, son consecuencia de la eficiencia y la estabilidad del material genético, de su éxito a la hora de crear variables eficientes a la hora de sobrevivir y protegerlo. Veamos cómo ha podido ser esto, qué es en última instancia este código genético y por qué es compartido entre todos los seres vivos.

El código genético es el conjunto de reglas por el cual el material genético se replica y existe es único y universal. Es, en concreto, una serie de instrucciones. Pero ¿instrucciones para qué? Principalmente, son una serie de instrucciones con el que pueden realizarse copias de proteínas (que en la gran mayoría de las veces son copias perfectas las unas de las otras). La entendemos como una combinación de bases nitrogenadas, que representamos con letras. En estas combinaciones se unen 3 de estas “letras”, que a su vez forman un codón. Las letras que podemos combinar son A (adenina), T (timina), G (guanina) y C (citosina). Estas bases nitrogenadas se encuentran en cada una de las hebras helicoidales del ADN, emparejadas unas con las otras que se encuentran en la otra hebra (la adenina se empareja siempre a la timina y la guanina a la citosina).

Es curiosa la manera en la que estas se emparejan, pero es un punto clave en la replicación del material genético. Cuando las hebras del ADN se separan, las “piezas” que encajan en cada una de ellas (adenina en la timina y viceversa y guanina en la citosina y viceversa) nos permiten tener, al final del proceso de “ordenamiento” dos copias perfectas (la mayoría de las veces) del material genético original. 

Vayamos a cómo hemos podido llegar a este sistema tan complejo e interesante. Imaginemos una serie de moléculas, compuestas por carbono, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno principalmente. Una serie de moléculas que en sus orígenes se encontrarían en líquidos, donde hay una alta capacidad de que haya reacciones químicas a una velocidad moderada. Formarían cadenas, sencillas en un inicio, que tendrían la capacidad de crear otras cadenas (como hemos dicho antes, en “negativo”) que formarían, a su vez, la original. Para hacerlo, adquirirían de su entorno moléculas que ordenarían y una vez formada una nueva secuencia de moléculas, se separarían y repetirían el proceso. Sin embargo, en ocasiones habría errores en este proceso. Se generarían cadenas con algunas diferencias. Puede que estas fueran muy excepcionales, pero repitiendo el mismo proceso varias veces, uno llegaría a acumular una serie de diferencias que dotarían de algunas características diferentes a algunas de esas cadenas. Podrían ser más estables o tener una facilidad para replicarse mayor, tener una mayor capacidad de hacer copias fieles de sí mismas o incluso tener una mayor capacidad de adquirir recursos del entorno para replicarse que sus “rivales”. Cuando esto ocurría, estas cadenas se volvían más numerosas que las demás.


Imagen: ADN
Fuente: Pixabay

En algún momento, algunas de esas cadenas empezarían a adquirir recursos de otras y otras empezarían a generar proteínas que las cubrirían y protegerían. Este proceso continuaría, haciendo que las cadenas, este "material genético" se volviese más estable y duradero, gracias a este “código genético” por el cual existe y se replica el material. Al repetir el proceso de replicación y generando errores aquí y allá, descartando las cadenas menos estables y menos duraderas, se irían generando cadenas más y más complejas, con información más y más compleja para realizar diversas funciones con un único objetivo, que sería la preservación y replicación de este material, de estas cadenas de información y por lo tanto, del código genético por el cual se rige.

En cuanto el entorno se volviese hostil hacia las cadenas o las criaturas (los seres vivos) que las transportaban, sólo aquellas capaces de adaptarse y sobrevivir a esos entornos hostiles transmitirían la información, generando una y otra vez nuevas copias y acumulando errores, hasta el día de hoy.

Sin embargo, esto tiene ciertas implicaciones. Para empezar, estamos hablando de que todos los seres vivos compartimos un ancestro común, ya que compartimos el mismo código genético (las mismas instrucciones, la misma manera de generar material genético). También que cuanto menos diferencias haya entre unos y otros seres vivos, más cercanos estamos en el tiempo (debido a que se han formado menos “errores”, menos “diferencias” a la hora de replicar el material genético) y más cercanos somos (más parecidos). Esto es algo en ocasiones palpable, ya que los seres humanos compartimos un material genético muy similar entre nosotros, pero también muy similar al de otros primates (con el chimpancé compartimos aproximadamente el 95% del material genético) y sin embargo muy distinto del de un plátano (con el que compartimos aproximadamente el 50%). Podemos por lo tanto, relacionar nuestra cercanía relativa en la evolución empleando la semejanza del material genético. No sólo la nuestra respecto a la de otros seres vivos, sino también la de otros seres vivos entre sí. Podríamos también comprender a qué se debe que dos especies similares, pero diferentes, puedan tener descendencia (como el ligre, la mula o similares). También podría tener implicaciones éticas, aunque no sabría empezar a determinarlas. ¿Qué prácticas se pueden llevar a cabo en función de la similitud del material genético de manera ética? ¿Qué prácticas no? Estas últimas preguntas requieren de un debate sobre ética sobre el que no creo que deba pronunciarme en este caso. Simplemente creo que es conveniente tener en cuenta la manera en la que nos encontramos relacionados los unos con los otros. 

Si hoy en día compartimos todos los seres vivos la misma manera de codificar la información es precisamente por esta “prueba y error”. Somos los supervivientes de miles de millones de años de perfeccionamiento. Compartimos un código porque este ha tenido la capacidad de crear seres que transportan y protegen el material genético que se rige por él. Compartimos código porque este es estable y eficiente. En última instancia, este código es una serie de normas que hace que una cadena de moléculas se adapte y persevere. Este código se hereda y transmite porque los seres que la requieren para existir transportan el material que se rige por él y son especialmente eficientes en la preservación del mismo. Somos, todos los seres vivos, simples vehículos para un código que persevera en el tiempo.


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