Ciencia y Justicia

Genética y Justicia es un texto en el que Sober (Elliot) explica, empleando una narrativa extensa pero cuidada, los requisitos que han de tenerse en cuenta a la hora de evaluar lo que el entorno o los genes (genética cuantitativa y genética del desarrollo) aportan a lo que es un individuo concreto (entendiendo como individuo el ser que es resultado de su herencia genética y de su entorno), o si se prefiere entender así, al fenotipo. También analiza cómo intervenciones como la terapia de intervención génica puede afectar a estos individuos o cómo puede incluso "mejorar" a los mismos. Plantea también en qué medida los genes afectan a distintos rasgos, ya que en su primer planteamiento había afirmado que tanto el entorno como los genes son decisivos, de manera individual, para determinar por qué es quien es como es. Por lo tanto, también plantea el hecho de que hay que tener en cuenta algunos factores a la hora de realizar una labor científica (en el campo de la genética) para realizarla de manera apropiada.


¿Pero qué podemos entender de lo que nos informa Sober? Plantea, entre muchos aspectos, cómo el entorno afecta al desarrollo de un individuo, pero también que el genotipo tendrá un efecto en cómo el individuo es tratado y por lo tanto, en el entorno que afecta a este. El avance en las ciencias biomédicas es inviable sin entender por entero todo aquello que afecta a las conclusiones que se obtienen. Es importante especialmente a la hora de transmitir a la población las ideas y los resultados de la investigación, para transmitir por qué se puede llegar a tomar una decisión u otra. Es completamente imposible convencer si a la hora de intentar hacerlo se obvian factores que explican con el debido cuidado cómo se ha llegado a obtener uno u otro resultado.

Así, Sober nos muestra que no todo es lo que uno espera, siempre puede haber elementos que ignoramos al llegar a unas conclusiones y esos elementos resultan ser fundamentales a la hora de plantear los resultados, pudiendo llegar a conclusiones que pueden resultar perjudiciales y polémicas y encima ni siquiera serían correctas. El desarrollo de la ciencia, especialmente en ámbitos problemáticos o polémicos, deberá estar sujeto a una observación y crítica constante. Pero esto ya se discutió en otro artículo de este mismo blog.

El debate científico, especialmente ante casos polémicos y complejos deberá entonces estar sujeto a constante escrutinio no sólo por corrección, sino por poder plantear de forma apropiada ante el público general las conclusiones obtenidas y las razones detrás de las mismas. Una primera observación, una primera conclusión apresurada puede llevar a errores. Por lo tanto, las administraciones públicas requerirán de un análisis realizado por aquellos que posean la capacidad de obtener los resultados que más probablemente sean correctos. Deberían dejar a un lado aquellas realizadas por personas o grupos que puedan llegar a conclusiones precipitadas sin realizar la observación necesaria. Es decir, para tener la capacidad de influir en decisiones que afectan al público general, habrá que evitar confiar en aquellos que puedan limitarse a emplear ideas vagas o intuitivas obtenidas apresuradamente y sin la debida observación cuidada.

Aunque el caso de Sober es muy puntual y se limita al ámbito biomédico (y no pretendo con esto menospreciar un campo tan amplio e importante), estas conclusiones son ciertas para ámbitos diversos de la ciencia. El caso que más rápidamente me viene a la cabeza sería el de la energía nuclear contra la cual se ha permitido opinar y dar observaciones y conclusiones que difieren mucho de las que pueden obtenerse con la debida observación por organismos que aunque gozan de respeto entre el ciudadano medio, en realidad no realizan ni la observación científica requerida, ni tienen en cuenta todos los datos necesarios, ni llegan a conclusiones lógicas a partir de datos de artículos científicos de confianza. Esto ocurre también con los transgénicos, por ejemplo, que han tenido un gran rechazo entre la gente y sin embargo, han tenido resultados muy esperanzadores, como plantas resistentes a ciertas plagas. Si queremos un caso concreto, no podemos olvidar la victoria sobre el déficit de betacaroteno gracias al arroz dorado.

Estos casos concretos (la energía nuclear y los transgénicos) son muy llamativos, ya que si las administraciones públicas tomasen más en serio las conclusiones científicas obtenidas, gozaríamos de una energía eléctrica más barata y fácil de producir y alimentos más sanos y económicos. Ya se ha demostrado que la energía nuclear es muy eficiente a la hora de producir energía eléctrica y que sus residuos son mucho menos peligrosos (no por el peligro por unidad de residuo, pero sí debido a la vasta diferencia entre los volúmenes de residuo) que los que provocan otras fuentes de energía. Además, el daño al medio ambiente que pueden llegar a causar otras fuentes de energía son infinitamente mayores que las que produce una central nuclear por unidad de energía producida. Algo similar ocurre con los transgénicos. Plantas resistentes a plagas ahorrarían mucho en herbicidas e insecticidas. Aquellas que requieren menos agua para su desarrollo que sus homólogas no transgénicas (porque son más eficientes aprovechándola) ahorrarían en recursos y serían más resistentes a sequías. Muchas otras se emplearían para suplir las carencias de ciertos lugares, proporcionando una alimentación más sana y completa (como en el ejemplo dado al final del anterior párrafo). Se ahorraría mucho dinero y se evitaría mucha hambre si se decidiese tener en cuenta la opinión de los expertos en estas materias. Y por alguna razón, no se hace. Tal vez porque quien tiene una responsabilidad y capacidad de acción en la sociedad (como las administraciones públicas) no hacen caso de la opinión de los expertos de verdad y les es suficiente con una opinión genérica realizada por gente incapaz de interpretar apropiadamente los datos obtenidos (o en casos peores, gente con intereses económicos de por medio que sacan beneficio de que se tomen medidas equivocadas).


Antes de abandonar el artículo, si quieres compartir conmigo tu opinión sobre el tema, deja un comentario. También sería muy interesante que compartieras otros ejemplos en los que se ha llegado a conclusiones precipitadas (especialmente dentro del ámbito científico).

¡Un saludo!

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